USA & EU Barcelona Meeting
2023 The Geopolitics of Energy after Ukraine
9 de marzo 2023 / 16.30 – 20.15
Palau Macaya - Passeig de Sant Joan, 108, Barcelona
El USA & EU Barcelona Meeting del IEN debate sobre los cambios geopolíticos de la energía a raíz de la guerra en Ucrania
El Instituto de Estudios Norteamericanos (IEN) ha celebrado este mes de marzo la segunda edición de la jornada USA & EU Barcelona Meeting, ciclo anual a través del cual la fundación busca reflexionar y profundizar en aspectos políticos, tecnológicos, culturales, históricos, científicos y sociales que condicionan las relaciones entre Europa y Estados Unidos. Con el título La geopolítica de la energía después de Ucrania, el IEN ha dedicado la jornada de este año a analizar cómo el conflicto armado de Ucrania ha marcado la geopolítica de la energía en la Unión Europea y en los Estados Unidos. Lo ha hecho en el Palau Macaya de Barcelona, frente a un auditorio lleno y con las intervenciones de expertos internacionales y de responsables políticos de la Unión Europea.
El encargado de empezar la jornada, que se celebró el 9 de marzo, fue Andreu Mas-Colell, miembro del patronato del IEN, economista y profesor emérito de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y la Barcelona School of Economics (BSE). En un breve parlamento de bienvenida y con la voluntad de contextualizar el programa USA & EU Barcelona Meeting a los asistentes, recordó que el IEN nació a principios de la década de 1950, durante la época franquista, con la voluntad «de caminar hacia a una sociedad abierta y democrática», reflejándose en Estados Unidos y Europa. En este sentido, destacó que el ciclo anual de jornadas está perfectamente alineado con el ánimo de la entidad para abordar las relaciones transatlánticas entre Europa y Estados Unidos.
Seguidamente, continuando con los parlamentos de apertura, Mas-Colell cedió la palabra Katie Stana, Cónsul General del Consulado General de Estados Unidos en Barcelona. Entrando en materia, Stana recordó que, el pasado 24 de febrero, se cumplió un año del estallido de la guerra entre Ucrania y Rusia. «Es una invasión brutal del régimen de Putin, muy dolorosa para el pueblo ucraniano y que ha tenido un impacto global, también para Estados Unidos», aseguró. Abordando el tema desde una perspectiva energética, la cónsul general recordó que el conflicto bélico ha puesto sobre la mesa «la necesidad de diversificar los países proveedores de energía y de avanzar hacia un futuro descarbonizado». Del mismo modo, aseguró que el mundo se encuentra inmerso «en uno de los momentos más cruciales para el sistema energético, en el que debemos apostar por una energía limpia y accesible para todos, de forma rápida y eficiente, pero también repensar las cadenas de suministro y diversificarlas para evitar que un solo país comprometa la seguridad energética», añadió. Para hacer frente a este escenario, Estados Unidos ha aprobado la Ley de Reducción de la Inflación, que contempla mecanismos para acelerar la transformación energética del país. «La auténtica seguridad energética sólo la lograremos cuando nos alejemos de los combustibles fósiles y abrazamos energías limpias como la solar o la eólica», detalló. Stana cerró su discurso recordando que «la transición energética no será fácil, pero si no la hacemos ahora, el día de mañana será aún mucho más difícil».
Tras Stana, fue el turno por Sofía Geli Stenhammar, Cónsul General Honoraria del Consulado General Honorario de Suecia en Barcelona, el país que -desde el 1 de enero y hasta el 30 de junio de este año- ostenta la presidencia del Consejo de la Unión Europea. «La situación es urgente y es necesario actuar para hacerle frente», arrancó haciendo referencia a las consecuencias mundiales que está teniendo el conflicto de Ucrania. «Hemos asumido la presidencia en un momento de inseguridad económica, de turbulencias geopolíticas y de retos políticos importantes por Europa», concretó. Una de las situaciones que está marcando de lleno la agenda europea es la crisis energética. «Hemos activado medidas a corto plazo para paliar los efectos del déficit energético europeo, pero necesitamos una hoja de ruta que vaya más allá y que evite la pérdida de competitividad de la Unión Europea», recalcó. En este sentido, recordó que Suecia está centrando la presidencia en abordar cuatro ámbitos prioritarios: la seguridad externa, la seguridad interna, la transición energética y el mantenimiento de la salud democrática. «Especialmente, queremos reforzar el papel que desempeña la Unión Europea en el liderazgo de la transición energética», destacó. Para ello, coincide con Stana: es necesario diversificar las fuentes de energía, invertir en crear nuevas tecnologías e infraestructuras que permitan almacenarlas y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. «Nos comprometemos a fomentar la sostenibilidad, pero también los valores compartidos y el bienestar social», zanjó.
La guerra en Ucrania y el impacto sobre el sector energético
La primera sesión, bajo el título El impacto de la guerra de Rusia en el sector energético en la UE y en EE.UU., sirvió para abordar los cambios que ha vivido el statu quo mundial desde el inicio del conflicto bélico, el 24 de febrero de 2022. Concretamente, ofreció a los asistentes una visión general sobre las respuestas europeas y americanas a la invasión rusa a gran escala y el uso que ha hecho Rusia de su arma energética, así como las consecuencias que ha tenido para las economías y poblaciones de Europa, Estados Unidos y de fuera del área transatlántica. Intervinieron Katja Yafimava, investigadora senior del Oxford Institute for Energy Studies; Ana María Sánchez Infante, Policy Oficcer de Energy Platform Task Force de la Comisión Europea, y Ben Cahill, investigador senior del Programa de Seguridad Energética y Cambio Climático del Center for Strategic and International Studies (CSIS). Cada uno realizó una intervención inicial y, a continuación, se abrió turno de preguntas de los asistentes, moderado por Jeffrey Michaels investigador senior del IEN en el Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI).
En la primera ponencia de la sesión, Katja Yafimava esbozó una radiografía del estallido de la crisis energética, desde el segundo semestre de 2021 y hasta la actualidad. «Hemos tenido una tormenta perfecta, con la coincidencia de un montón de factores que han hecho que la oferta y la demanda energética europea no casaran», sintetizó nada más tomar la palabra. Según la experta, el motivo principal fue el descenso repentino de la llegada de gas ruso, que llegaba a Europa a través de cuatro grandes corredores. Se trata del bielorruso, que todavía funciona; el Nord-Stream, que dejó de funcionar por un sabotaje; el turco, que suministra el sur de Europa, y el ucraniano, que sigue funcionando, pero que se encuentra en una zona de conflicto armado. «En parte, la situación de déficit energético se ha podido compensar con la compra masiva de gas natural licuado, especialmente, en Qatar y Canadá», matizó. Ahora bien, la crisis energética también ha podido paliarse gracias a otros factores que han remado a favor. «Hemos tenido un invierno muy suave, una situación climatológica que ha hecho disminuir la demanda de gas», ejemplificó. Para Yafimava, éste ha sido un elemento clave. «Este invierno, Europa ha salido adelante y el impacto no ha sido tan malo como preveíamos, pero no debemos relajarnos, porque ahora debemos encarar el reto de rellenar los almacenes para el próximo invierno”, destacó. En este sentido, la experta recalcó los esfuerzos europeos por ayudar a la sociedad y el tejido productivo a hacer frente al crecimiento del precio de la energía. «Hemos podido amortiguar el golpe, pero los precios seguirán siendo muy altos y nos conviene no infravalorar el problema -pronosticó-. Tenemos por delante un reto muy difícil».
A continuación, fue el turno por Ana María Sánchez Infante, policy officer de la Energy Platform Task Force de la Comisión Europea. En su ponencia, la experta de la Comisión Europea repasó las medidas tomadas por la Unión Europea para hacer frente a la situación de escasez de energía. «Supimos reaccionar rápidamente al estallido del conflicto, con la aprobación del plan Repower EU, que obtuvo la luz verde el 18 de mayo, en tiempo récord», contextualizó. Para la experta, este hecho corrobora que, «en situaciones de emergencia que afectan a todos, los estados demuestran siempre una gran unidad». A grandes rasgos, el plan busca acabar con la situación de dependencia energética que tiene la UE con los combustibles fósiles rusos y acelerar la transición hacia energías limpias. «Queremos reducir, rápidamente, la dependencia de los combustibles fósiles que nos llegan de Rusia; acelerar la implantación de energías renovables; aumentar la eficiencia energética y diversificar a nuestros proveedores de energía», concretó. La ponente también recordó los esfuerzos que ha hecho la Unión Europea para recortar la demanda de gas de los Estados miembros, que se logró con creces, así como la agilización de los trámites para acelerar la concesión de los permisos para crear nuevas plantas generadoras de energías limpias. «Hemos aplicado muchas medidas y hemos hecho grandes sacrificios, pero sabemos que esto no ha terminado: es urgente prepararnos para el próximo invierno», concluyó.
El último ponente de la primera sesión de la jornada fue Ben Cahill, investigador sénior del Programa de Seguridad Energética y Cambio Climático del Center for Strategic and International Studies (CSIS). En su caso, centró su intervención desde la óptica norteamericana, explicando cómo Estados Unidos ha contribuido a paliar la crisis energética mundial. «El petróleo y el gas son dos fuentes energéticas importantísimas y primordiales para garantizar la seguridad energética», comenzó. En este sentido, explicó cómo Estados Unidos está invirtiendo para ganar terreno en las exportaciones de gas natural licuado, una fuente de energía que ha sido clave para sostener la demanda energética europea. «Empezamos a producirlo en 2016 y, desde entonces, ya nos hemos convertido en el tercer productor a nivel mundial, junto con Qatar y Australia -recordó-. Entre 2025 y 2026 entrarán en funcionamiento nuevos proyectos para producir aún más, lo que nos convertirá en el principal productor mundial», avanzó. Para Cahill, Estados Unidos ha jugado un papel clave para hacer frente a las consecuencias energéticas del conflicto de Ucrania. «Todos sabemos que hemos vivido meses muy duros, pero si no se hubiera contado con la energía estadounidense aún lo hubieran sido más», aseguró. El experto también opinó sobre la limitación del precio por comprar barriles de petróleo ruso, un tope que se sitúa en los 60 dólares. «Con esta acción, se ha logrado evitar la escasez mundial de energía y, al mismo tiempo, reducir los ingresos que recibe Rusia a cambio de estas fuentes», analizó. Según Cahill, es necesario que Estados Unidos y la Unión Europea vayan al unísono a la hora de luchar contra el cambio climático, con objetivos compartidos.
El sector energético, con un futuro incierto
Con el título Mirando hacia el futuro del sector energético, la segunda sesión apuntó la mirada a largo plazo y permitió abordar las implicaciones que tendrán en un futuro la geopolítica global y el sector energético. Concretamente, sirvió para analizar los efectos que puede tener la independencia de la energía rusa en las futuras políticas energéticas de la UE y de EE.UU. en campos como la diversificación del suministro, las medidas de eficiencia energética y el énfasis en las energías verdes y renovables, entre otros. Tomaron parte Manuel Rivas, Jefe de equipo del Market Analysis Team of Chief Economist Unit de la DG Energy, de la Comisión Europea; Anna Mikulska, investigadora en estudios energéticos en el Center for Energy Studies del Baker Institute for Public Policy de la Universidad Rice, y Nicholas Crawford, investigador asociado del Programa de investigación en Geoeconomía y estrategias en el International Institute of Strategic Studies (IISS). Cada uno realizó una intervención inicial y, a continuación, se abrió turno de preguntas de los asistentes, moderado por Víctor Burguete Investigador sénior en Geopolítica Global y Seguridad en el Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB)
Para abrir la segunda sesión, Manuel Rivas centró su ponencia en explicar, a través de datos, la magnitud de la crisis energética mundial y cómo está impactando en el mercado europeo de la energía. «Estamos viviendo un episodio de crecimiento desmedido de los precios de la electricidad minorista, algo que ha llevado a algunos expertos a comparar la situación actual con la de la crisis del petróleo de la década de 1970 -apuntó-. Ahora, sin embargo, el ‘epicentro es el gas’, detalló. Para el experto, «Rusia está utilizando la energía como un arma, con la obligatoriedad de pagar el gas en rublos o reduciendo el flujo de gas que llegaba a Europa por gasoductos como el Nord-Stream». Rivas también dibujó uno de los factores claves que, a su juicio, han ayudado a Europa a parar el golpe energético ruso: «se logró sustituir el gas ruso -que importábamos mucho- gracias a acuerdos con proveedores diferentes, como Reino Unido o Noruega». El gas natural licuado de Estados Unidos también jugó un papel fundamental. «Representaba un 15% del suministro europeo y ahora representa alrededor de un 30% -cifró-. Sin este aumento no habríamos podido superar la crisis de escasez», afirmó. También lanzó una advertencia. «Europa necesita energía, pero debe tener capacidad para almacenarla e inyectarla en el sistema», añadió. Ahora bien, Rivas se mostró esperanzado. Como el invierno de este año ha sido suave, la reposición de stocks de gas de este verano para encarar el próximo invierno no debería ser muy complicado. «Acabaremos el invierno con los depósitos de reserva en torno a un 60%», cuantificó. Mirando a largo plazo, Rivas explicó que es complicado aventurarse a realizar predicciones, pero sí augura la reducción rápida del consumo de gas y su sustitución por energías como la eólica y la solar. «Además, a partir de 2025 se producirán grandes cantidades de biometano y de hidrógeno de origen renovable, por ejemplo», terminó.
Acto seguido, fue el turno de Anna Mikulska, investigadora en estudios energéticos en el Center for Energy Studies del Baker Institute for Public Policy de la Universidad Rice. La experta fue la encargada de abordar el tema centrándose, especialmente, en la dimensión geopolítica. «De la misma forma que ocurrió con la crisis del petróleo de los años 70, los estados vuelven a preguntarse: ¿tendremos acceso seguro a la energía?», contextualizó. En cuanto a la disponibilidad del gas, Mikulska hizo hincapié en la necesidad de contar con una infraestructura que permita almacenar gas en el territorio europeo. «Es crucial almacenarlo, así como tener una buena infraestructura que permita hacerlo llegar a todo el territorio», insistió. Asimismo, señaló que, en el caso del gas, regiones rusas como Siberia tan sólo están conectadas con Europa y que, por tanto, Rusia no lo tiene fácil para redistribuirlo a otros países. Sobre la importación de gas natural licuado procedente de Estados Unidos, la experta recordó que ha entrado mucho en el mercado, pero que si se quiere producir más es necesario superar un arrecife importante. «Por un lado, para hacer las plantas de producción, los empresarios deben pedir préstamos bancarios y los bancos les piden que demuestren que tendrán clientes para devolver el dinero -explica Mikulska-. Por otro, los clientes europeos no tienen claro durante cuánto tiempo tendrán que estar comprando, porque la transición energética también avanza a buen ritmo o porque puede que, dentro de unos años, la situación con Rusia haya cambiado», añadió. La experta cerró su ponencia con un apunte sobre el carbón. «La producción de energías renovables debe crecer, pero el carbón se seguirá utilizando, porque es la fuente de energía que se distribuye de forma más democrática en todo el mundo, también en los países menos desarrollados», acabó.
Por último, intervino Nicholas Crawford, investigador asociado del Programa de investigación en Geoeconomía y estrategias en el International Institute of Strategic Studies (IISS), que basó su discurso en la proliferación del uso de las energías limpias en Europa. «La guerra ha fomentado la inversión y aceleración de la transición hacia las energías renovables», aseguró de entrada. Sin embargo, recordó que el proceso no es rápido. «Si hablamos de energía eólica marina, por ejemplo, pueden pasar de 10 a 15 años entre que se aprueba el proyecto, se construye y se pone en marcha la planta», ejemplificó. En el caso de industrias que utilizan grandes cantidades de energía, como la química o la siderúrgica, el experto apuntó que la solución para que puedan transitar pasará por la adopción del hidrógeno verde como alternativa. «Ya se está invirtiendo mucho en esta nueva fuente de energía, pero conseguir que el sistema productivo se adapte a ella también llevará tiempo», advirtió. Dado que el precio de la energía en Europa es muy elevado, algunas de estas industrias se están empezando a plantear trasladar la producción a lugares como Estados Unidos, con una situación más ventajosa. Precisamente, Crawford dedicó unos minutos a analizar también la Ley de Reducción de la Inflación impulsada por Estados Unidos y alertó de posibles distorsiones sobre el mercado de la energía. «Como subvencionarán fuertemente el uso de energías limpias, puede ocurrir que los empresarios decidan invertir en la creación de nuevas plantas allí antes que en Europa», apuntó. El experto también señaló que puede causar un proceso europeo de desindustrialización. Aun así, cree que la ley no tendrá tanto impacto en Europa como pronostican algunos expertos. «Europa ha acelerado la formación de la mano de obra para producir energías limpias; con los objetivos de energía renovable que se ha fijado Europa y Estados Unidos, habrá mercado para invertir en ambos; y muchos de los productos que subvenciona la ley estadounidense son difíciles de deslocalizar», apuntó. Crawford cerró la ponencia asegurando que «en el caso del hidrógeno, la situación sí es más preocupante: las subvenciones estadounidenses harán que los empresarios tengan un incentivo muy grande para ir a producir allí, porque podrán conseguir beneficios inmensos».
El encargado de poner punto y final a la jornada fue Joan F. Corona Ramon, presidente del IEN, que agradeció la presencia de todas las personas asistentes, así como las intervenciones de los ponentes. Corona cerró la jornada anunciando la tercera edición del USA&EU Barcelona Meeting, que se celebrará en marzo de 2024.
16.30 – 17.00h
Inscripción de asistentes
17.00h
Presentación del evento
Parlamentos de apertura
Prof. Andreu Mas-Colell, Economista. Profesor Emérito de la UPF y la BSE. Miembro del Patronato de la Fundación IEN
Sra. Katie Stana, Cónsul General, Consulado General de los Estados Unidos en Barcelona
Sra. Sofia Geli Stenhammar, Cónsul General Honorario, Consulado General Honorario de Suecia en Barcelona
17.15h - Panel 1.
El impacto de la guerra de Rusia en el sector energético de la UE y EE. UU
Este panel abordará hasta qué punto ha cambiado la geopolítica de la energía desde el 24 de febrero de 2022. En particular, proporcionará una visión general de las respuestas europeas y estadounidenses a la invasión rusa a gran escala, el uso de Rusia de su ‘arma’ energética, cómo ha respondido el sector energético, las consecuencias para las economías y poblaciones de Europa y Estados Unidos, así como los efectos de segundo y tercer orden fuera del espacio transatlántico.
Ponentes
Dr. Katja Yafimava
Investigadora Senior en el Oxford Institute for Energy Studies
Ben Cahill
Senior Fellow del Programa de Seguridad Energética y Cambio Climático del Center for Strategic and International Studies (CSIS)
Ana María Sánchez Infante
Policy Officer – Energy Platform Task Force – DG ENER, Comissión Europea
Moderador
Dr. Jeffrey Michaels
Senior Fellow del Instituto de Estudios Norteamericanos (IEN), en el Institut Barcelona d’Estudis Internacionals (IBEI)
Pausa-Café
18.50h - Panel 2.
Mirando hacia el futuro del sector energético
Este panel mirará hacia el futuro y abordará las implicaciones a largo plazo para la geopolítica global y el sector energético. ¿En qué medida la reactivación de los lazos energéticos UE-Rusia difiere de los lazos anteriores a la guerra? ¿Cómo afectará la reciente experiencia de independizarse de la energía rusa a las futuras políticas energéticas de la UE y los EE. UU., especialmente respecto a la diversificación del suministro, las medidas de eficiencia energética y el énfasis en las energías renovables y verdes?
Ponentes
Nicholas Crawford
Investigador Asociado, Programa de Investigación de Geoeconomía y Estrategia en el International Institute of Strategic Studies (IISS)
Dr. Anna Mikulska
Fellow en estudios energéticos del Centro de Estudios Energéticos de la Rice University’s Baker Institute for Public Policy
Manuel Rivas Rabago
Chief Economist – Líder de Equipo de Análisis de Mercado. DG Energía, Comisión Europea
Moderador
Víctor Burguete
Investigador sénior en Geopolítica Global y Seguridad, CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs)
Clausura
Dr. Joan F. Corona, Presidente, Fundación Instituto de Estudios Norteamericanos (IEN)
Academic advisor: Dr Jeffrey Michaels, IEN Senior Fellow in American Foreign Policy and International Security, Institut Barcelona d’Estudis Internacionals (IBEI)
¿Dónde tendrá lugar?
Sala Macaya – Palau Macaya
Passeig de Sant Joan, 108, 08037 Barcelona
Idioma
Se proporcionará interpretación simultánea
Comunicación
Se informará a los medios de la visita de los expertos
El evento se podrá seguir en Streaming
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